martes, 20 de marzo de 2012

PERFIL DEL EDUCADOR CATÓLICO


El Colegio Seminario "San Luis Gonzaga" es una Institución Educativa Parroquial creada por la Diócesis de Huánuco. Esto es importante tenerlo en cuenta, porque el laico que trabaja en él como educador católico, deberá buscar la comprensión de las características y las razones de las mismas y procurará identificarse con ellas profundamente para que los rasgos propios del colegio se realicen a través de su trabajo personal.
Es por eso que se ha diseñado el Perfil del Educador Católico,  que permitirá encaminar al docente sanluisino hacia la  optimización de su labor educativa. Cada rasgo que se propone deberá ser analizado, meditado y en lo posible vivido:

COMO PERSONA:

ü  El Educador Católico, consciente de su filiación divina, coloca al hombre en la más alta dignidad, la de hijo de Dios, por medio del amor; le da como modelo y meta a CRISTO, Hijo de Dios encarnado, perfecto hombre, cuya imitación constituye para el hombre fuente inagotable de superación personal y colectiva. De esta forma el educador católico puede estar seguro de que hace al hombre más hombre.
ü  Su testimonio de vida arrastra más que su palabra. Los alumnos, padres de familia y sociedad en general miran con especial atención a los educadores católicos.
ü  Busca la socialización a través de la comunicación asertiva que llega al corazón, a la solidaridad y a la comunión con los otros y a la interacción de vida personal gracias a la voluntad; voluntad que hay que educar hacia la fraternidad.
ü  Revisa permanentemente su vida personal y  profesional y la orienta en orden al bien.
ü  Participa con entusiasmo en la búsqueda incesante de mejores seres humanos para una sociedad unida, democrática y justa, a partir de la construcción de una Iglesia local y nacional unida a sus pastores.
ü  Es defensor de los alumnos menos brillantes y de los débiles.
ü  Está en lucha permanente contra los antivalores.
ü  Es aquel que vive los valores cristianos cada día para poder sembrarlos entre sus alumnos y luego cosechar lo que sembró. Es consciente que si siembra valores cosechará felicidad, si siembra antivalores cosechará sufrimiento.
ü  Tiene siempre presente una actitud mental positiva, rompe el círculo vicioso o cadena de recuerdos de sensaciones desagradables y conductas negativas.
ü  Es un ser que busca el completo dominio de sí mismo, cuya vida y obras deben dar testimonio de que sabe lo que es justo, que es apto para todo, el que aprovecha y glorifica la vida y está por encima de la miseria que le circunda, que sabe sacar ventaja de todo lo que le rodea, un hombre fiel a sus convicciones tiene firmeza del alma en el bien.
ü  Muestra su amor a la verdad, la rectitud, la constancia en obrar siempre de acuerdo a su conciencia. Tiene los principios rectos bien grabados en la inteligencia y arraigados en el corazón.
ü  Cultiva con asiduo cuidado las facultades intelectuales, creativas y estéticas del hombre, desarrolla rectamente la capacidad de juicio, la voluntad y la afectividad, promoviendo el sentido de los valores, favoreciendo las actitudes justas y los comportamientos adecuados, introduce a sus alumnos en el patrimonio cultural conquistado  por las generaciones anteriores, prepara para la vida, fomenta el trato amistoso entre los alumnos induciéndolos a comprenderse mutuamente.
ü  Ve las cosas con realismo esperanzado y sano optimismo.
ü  Ayuda a guiar al educando hacia una actitud de apertura y sociabilidad para con los demás miembros de la comunidad educativa.
ü  Es consciente de que su labor educativa depende, no sólo de lo  que sabe, sino de lo que es, de su persona y de su vida.
ü  Colaborador, solidario, sencillo, prudente, responsable, mesurado y alegre.
ü  Respetuoso de sus pares, de los alumnos y de todos los miembros de la comunidad educativa, los tiene en cuenta desde la dignidad  de la persona. Apto para convivir y trabajar en equipo.
ü  Forma a sus discípulos en y para la libertad que incluye responsabilidad. Libertad que permite darse a sí mismos, siendo capaz de asumir las consecuencias de sus decisiones. Libertad para trabajar por el bien común y satisfacer sus necesidades básicas. Libertad para reparar el daño personal y social.


COMO DOCENTE:

ü  Es consciente de las notas distintivas del colegio católico donde labora y se identifica con ellas, creando un ambiente animado por el espíritu evangélico de libertad y caridad, ayudando a los niños y adolescentes a que crezcan según el mensaje de la salvación con la calidad de enseñanza religiosa que ofrece.
ü  Es el que tiene sentido de pertenencia a la institución, el que se identifica con su filosofía y axiología.
ü  Es el que tiene capacidad creativa, innovadora, es paciente, promueve la investigación, y la participación de los educandos en el proceso formativo y en el desarrollo del conocimiento.
ü  Es el que aplica una metodología adecuada, mediante la investigación, la construcción del conocimiento, la creatividad y sobre todo, el respeto al ritmo personal del alumno, teniendo actitudes de amor, perdón, de creer en el otro, de ayuda, de servicio y de exigencia bondadosa.
ü  Es el que adapte los contenidos al nivel de conocimiento y grado de desarrollo mental de sus educandos.
ü  El que esté dispuesto a su permanente actualización.
ü  Que tenga aspiración constante por la formación integral del alumno.
ü  Es un líder, que procura dar amor a sus alumnos y hace que éstos aspiren a ser mejores personas cada día a través de su ejemplo y coherencia de vida.
ü  Pone especial cuidado al realizar cualquier actividad por pequeña que parezca, porque en cada acto, gesto y palabra se está formando o deformando la conciencia de los alumnos y por lo tanto incluyendo en la construcción de una fe personal y de la escala de valores o antivalores que sin darse cuenta inculca o refuerza.
ü  Comprende que somos una dualidad indivisible: cuerpo y espíritu, por tanto con su labor debe desarrollar capacidades intelectuales, afectivas pero sin descuidar la dimensión espiritual que se manifestará a través del cuerpo en actitudes y comportamientos de acuerdo a lo que cada persona siente y cree.
ü  Actúa en conjunto con todo el personal del colegio para que todo el centro educativo viva en pastoral y por ende, todos los momentos estén impregnados del mensaje de la fe traducido en forma de vida y de fraternidad cristiana.
ü  Es aquel educador de la multiculturalidad, de la interculturalidad y de la inculturación. Es el que respeta la diversidad de las culturas, promueve el encuentro, el diálogo y la valoración mutua, en términos de conocimiento, valoración y acogida de los diferentes.
ü  Da a la educación calidad, eficacia y profundidad, da valores cristianos con una actitud de apertura, cambio y permanente perfeccionamiento.
ü  Es un formador de hombres, cuya profesionalidad tiene la característica esencial de ser sólida y científica (con cargo a mantenerla, elevarla y actualizarla), porque abraza el oficio profético de Cristo y lo prolonga con su magisterio, de lo contrario pondría en merma la formación integral del educando.
ü  Tiene en su vocación un trabajo de continua proyección social, ya que forma al hombre para su inserción en la sociedad, preparando a asumir un compromiso social ordenado a mejorar sus estructuras, conformándolas con los principios evangélicos y para hacer de la convivencia entre los hombres una relación pacífica, fraterna y comunitaria.
ü  El educador católico está preparado y predispuesto a asumir una responsabilidad que el Obispo le confía;
ü  Es autocrítico y creativo. Capaz de propiciar iniciativas significativas de creatividad, aprendizaje y formación.
ü  Contribuye a la creación de un ambiente  que posibilite la expresión auténtica de la realidad del niño y del joven para propiciar el dialogo, el encuentro, la cercanía como base para la orientación y el acompañamiento.
ü  Favorece en el colegio el clima de fraternidad, democracia, escucha, diálogo, integración y servicio, formando personas capaces de hacer opciones libres y responsables.
ü  Establece relaciones positivas con los padres de familia, profesores y demás miembros de la comunidad educativa.
ü  Es el que descubre, fortalece y consolida la vocación de los alumnos.


COMO CRISTIANO:

ü  Tiene una fe profunda en Dios, es decir, tiene la convicción que Dios actúa en su vida personal y en la historia de manera dinámica a través de la persona de Cristo.
ü  El educador católico es fiel imitador del ejemplo de Jesús Maestro.
ü  Asume seria y conscientemente el compromiso personal, familiar, laboral y social de educar evangelizando y de evangelizar educando a través del testimonio cristiano.
ü  Participa sencilla y activamente en la acción evangelizadora de  la Iglesia, además que es partícipe de las actividades litúrgicas que en su ámbito se desarrolle (especialmente la Eucaristía todos los domingos y los programados por el colegio). Los alumnos asimilarán mejor a través del ejemplo vivo la importancia que esa vida tiene para los creyentes.
ü  Se prepara constantemente en la profundización del conocimiento de su fe asumiendo compromisos pastorales con el colegio y con su parroquia de procedencia.
ü  Evangeliza a través de su labor educativa y pastoral con afecto y confianza.
ü  Su rol es de ser educador de la fe, formador de valores para cambiar la dinámica actual de la vida y deje de ser utópica la construcción del Reino de Dios.
ü  Es profeta en una realidad concreta, porque está llamado a ser la conciencia crítica y despierta de la comunidad educativa.
ü  Es un hombre de fe y esperanza, cree y espera porque la vida para él tiene sentido, sabe que la esperanza es siempre el tónico del espíritu que alienta, vigoriza y empuja a la acción eficaz, sin permitir que se apodere el desaliento.
ü  Contribuye a crear en su institución educativa una  comunidad de fe participando activamente en grupos de animación pastoral o cualquiera de los núcleos que sean fermento evangélico.
ü  Protagonista comprometido en la misión evangelizadora, manifestando su adhesión a la función trascendente del docente católico.
ü  Promotor del crecimiento espiritual e intelectual de los alumnos
ü  Vive su profesión como una vocación de servicio con alegría y amor, entregando a la labor educativa sus valores, su tiempo y sus capacidades.
ü  Infunde respeto a la vida como don de Dios,  vive su trabajo como misión y compromiso cristiano.

                                                                                 
PERFIL DEL EDUCADOR:

La personalidad del educador es uno de los factores más importantes de la Educación de la Fe, porque todos sabemos que los alumnos aprenden lo que ven de sus educadores: captan sus actitudes, reflejan sus convicciones, en ocasiones imitan su comportamiento, incluso repiten sus mismas afirmaciones.

“Se educa más por lo que se es, que por lo que se dice”.

Para que en las Instituciones Educativas trabaje un maestro que educa según el Evangelio, se propone que debe reunir estas características:
  • Ser y sentirse un educador profesional:
Esto quiere decir, hacer nuestro deber, nuestras tareas con claridad, poniendo en ello lo que hemos aprendido y preparado, todo lo que sabemos y podemos.
  • Ser una persona reflexiva y de oración:
Ser persona que crece interiormente y desarrolla una buena relación con Dios: el Dios de la Biblia y de la Iglesia, pero también el Dios personal, mío, tuyo, con el cual hablo y le escucho, le pregunto y me orienta.
  • Sentir la responsabilidad de ser colaboradores:
Somos colaboradores de los padres, primeros educadores de sus hijos, somos también colaboradores de éstos en su proceso de formación y madurez; a la vez que somos colaboradores de los compañeros de trabajo y finalmente colaboradores (agentes) de la pastoral de la Iglesia.
  • Sentirse Iglesia:
Para el Maestro Católico es fundamental sentirse agente pastoral y portador de la buena noticia.  Ser iglesia tiene que empujarnos a conocerla más, a involucrarnos en su accionar, a participar de su mensaje y oración.
  • Saber que uno representa a Cristo Maestro:
Que nos llama a liberar a nuestros alumnos de la ignorancia, de los peligros, de las limitaciones que tienen, de las decepciones y frustraciones para que ellos solos salgan al encuentro de su propia vida.
  • Saber manejar el stress, las presiones:
En nuestro tiempo es frecuente que se produzcan enfermedades psicosomáticas, por no saber manejar nuestras presiones y emociones.  Es necesario encontrar con inteligencia y voluntad formas adecuadas que nos llevan a superar el stress como: No ser rutinarios o perfeccionistas; reaccionar con sinceridad frente a críticas, mentiras, etc.
  • Tener autoestima:
Es esencial que el maestro tenga una buena imagen de sí mismo, confianza y seguridad en sí a pesar de sus limitaciones porque es conciente de su vocación, de  su capacidad y de su misión evangelizadora que le permite sentirse bien, ser sereno, positivo, justo, veraz y afectuoso con sus alumnos, colegas y superiores..
  • Tener el don de la disponibilidad:
Por disponibilidad entendemos la actitud de apertura en nuestro servicio, dentro de los límites de nuestra capacidad y de nuestras posibilidades; entendemos además una generosidad de entrega que supera el mero dar solamente lo que uno debe; es darse hasta donde uno realmente puede y dentro de las necesidades.
  • Tener sentido del humor:
El don del buen humor es reír y saber hacer reír sanamente, descubriendo el lado cómico y alegre en nosotros mismos y en nuestro alrededor.  El don del buen humor encierra un enorme estímulo para sí y para los demás a ser positivos y optimistas.
  • Probar satisfacción y gozo con lo que se hace:
Nada más destructivo en la vida es tener que trabajar en algo que no nos gusta.
Si no estamos convencidos cada día de que estamos haciendo lo que más nos gusta, lo que nos da satisfacciones, y para lo cual nos habíamos preparado y hemos sido llamados; entonces tenemos que hacer un alto en nuestra vida y preguntarnos si no ha llegado el momento de revisarlo todo e introducir cambios de ruta o de trabajo.

                                               Huánuco, 13 de marzo  de 2012.

Fileno A. Dávila Gabriel
DIRECTOR




“EL BUEN MAESTRO HACE QUE EL MAL ESTUDIANTE SE CONVIERTA EN BUENO Y EL BUEN ESTUDIANTE EN SUPERIOR”´.   M.Torres

No hay comentarios:

Publicar un comentario