lunes, 19 de marzo de 2012

FILENO A. DAVILA GABRIEL: "IDEAS FUERZA PARA EDUCAR"

FILENO A. DAVILA GABRIEL: "IDEAS FUERZA PARA EDUCAR"

IDEAS FUERZA
PARA EDUCAR
Fileno Almanzor Dávila Gabriel

Resumen

            En los tiempos actuales donde la escuela parece haber descuidado su labor educadora y sólo ha priorizado la función de transmitir conocimientos y más conocimientos, se hace necesario proporcionar a los maestros y padres de familia algunas ideas fuerza que les permita reflexionar y cambiar de actitud para desarrollar una verdadera tarea educadora que permita formar personalidades en las nuevas generaciones que sean  útiles a sí mismos, a su familia, a la patria y a la humanidad.  No es del todo bueno que un maestro simplemente sea transmisor de un conocimiento en una rama específica de la ciencia, ya lo dice Frey Betto: “Hoy se educa la razón sin educar el corazón, originando personas intelectualmente adultas y sentimentalmente infantiles, falsas y hasta agresivas”.

GREAT IDEAS
FOR TEACH
Abstract
        In the actual time where the school doesn’t care for its education work and just it center its force in its function to give teaches and more teaches, so it would be necessary to give to teachers and family parents “great ideas” that it leaves to think and change their behaviors to development a true education work and this will leave to create personalities into the new generations that would be important to themselves, to their family, to the country and the humanity. Isn’t as good that a teacher only be a teaches giver in a specific area of the science, as said Frey Betto:” Today we teach the reason without to tech the heart, so we create adult intellectually persons and sentimentally child, false and agresives”.



INTRODUCCIÓN

            En estos últimos tiempos la educación ha vuelto a ser un tema importante que se viene introduciendo en las agendas públicas.  Desde ya esto es una buena noticia. En todos los sectores de la sociedad existe la preocupación por tratar con seriedad el tema de la educación, los mismos maestros al sentirse solo transmisores de un conocimiento  en una rama específica de la ciencia, están reflexionando y sólo les falta tomar la decisión de cambiar de actitud, así como la fuerza de voluntad y la perseverancia para poner en camino a ese cambio que tanto se pregona.

La meta del maestro debe ser la de educar, es decir formar una personalidad en cada uno de sus alumnos, imbuyéndoles una serie de valores, para ello debe ser el mismo maestro modelo de referencia de los valores, para que su alumno pueda interiorizar los valores de su educador; su trabajo ha se ser muy comprometido, es por ello que se le alcanza algunas ideas que considero “ideas fuerza”, que considero será su soporte del maestro, primero para su decisión de cambio y luego su fortaleza de llevarlo a cabo.

Se dice que el siglo XXI, va a ser el siglo del conocimiento, sin embargo el gran fenómeno de la globalización, necesita de una escuela nueva, no la de ayer que está atrapada en la memorización, en la trivialidad y la inoperancia que le resulta inútil. Los maestros auténticos son los llamados a emprender este gran cambio, son los que han de sacar a la educación de la simple capacitación para la producción y el consumo, son los que deben llevar adelante la formación integral de la persona.


I.  NADIE DA LO QUE NO TIENE:

            En efecto, para dar hay que tener y para tener hay que buscar con sacrificio y generosidad, en suma hay que buscar acumular más experiencias enriquecedoras, más conocimientos, más sabiduría,  mejores y suficientes orientaciones, consejos, opiniones, etc. Todo esto nos obliga con sinceridad a mantenernos en constante actividad de preparación, de lectura, de estudio, de investigación  y de trabajo, no podemos mantenernos conformistas, inactivos y cómodos con lo poco que tenemos, así dentro de poco ya no tendremos nada que dar, así nos volveremos rutinarios, descuidados, improvisados e improvisadores, mentirosos y aburridos.  Es preciso tener presente siempre esta idea fuerza que nos hará reflexionar y permitirá desarrollar en cada uno de nosotros el espíritu de cambio y mantener vivo el deseo de superación, la vocación de servicio cuya máxima satisfacción es el de  dar antes que el recibir, por lo tanto se puede sostener que: “quien mucho tiene, mucho puede dar”.

            En educación como en la vida, detenerse es retroceder,  No nos podemos detener en buscar para tener y luego dar.  Aún cuando el camino no está hecho, nos debemos lanzar a hacerlo y recorrerlo. No buscar para tener es darle la espalda a la vida. Es momento de cambiar, recuerda que la escuela sólo cambiará cuando cambies tú.

II. CONOCER, AMAR Y SERVIR:

            Esta idea fuerza  nos hace saber que el maestro tiene la obligación ineludible de conocer a sus alumnos, así como los padres a sus hijos y el médico a sus pacientes, porque sólo lo que se conoce se puede amar, sabido es que nadie ama a algo o alguien que no conoce y consecuentemente este amor te lleva a servir con entrega sin pedir nada a cambio.  Esta idea fuerza se aplica también a diversos casos y circunstancias de la vida, por ejemplo, a nuestros alumnos les debemos hacer conocer su realidad natural, recorriendo palmo a palmo toda su geografía, visitando sus cerros, sus colinas, sus ríos, sus llanuras, sus quebradas, su clima, etc.; del mismo modo les debemos hacer conocer su realidad social para que puedan interrelacionarse con las otras personas que allí viven sembrando una amistad firme y duradera; con el mismo interés también le debemos hacer conocer su realidad cultural para que aprecie y exprese lo que su gente hace o produce (bienes culturales materiales y bienes  culturales espirituales) y así  desarrolle su identidad cultural.
           
            En resumen si uno conoce bien a su suelo, a su gente y todo lo que su gente hace o produce, se les puede llegar a amar y de ello nace la vocación de servirles con toda la intensidad de su ser.

            Es imprescindible que un maestro conozca bien a sus alumnos y que los padres de familia conozcan bien a sus hijos, este hecho les permite atenderlos con precisión y significatividad en lo que a ellos les interesa, lo necesitan. En lo que resuelven sus problemas y satisfagan sus aspiraciones.

            Es deber del maestro aprender a conocer bien a sus alumnos, acercándonos, escuchándole, interrogándole, interesándonos por ellos, etc., hasta llegar a conocerlos en sus necesidades, intereses, problemas, aspiraciones, anhelos, porque solamente de este modo se les puede ayudar mejor a satisfacerlos y resolverlos; además se cometerá menos errores al educarlos y al brindarles consejos y orientaciones oportunos.

III.           INFUNDIR EL AMOR AL ESTUDIO, AL TRABAJO  Y A LA ORACIÓN:

            Desde muy pequeños a nuestros alumnos e hijos les debemos inculcar el amor al estudio como fuente permanente de superación, de conocimiento y sabiduría; amor al trabajo como fuente de riqueza, de bienestar, de realización personal y de santidad; y amor a la oración como un acercamiento a nuestro Creador, alabándolo, dándole gracias por los beneficios recibidos, pidiendo perdón por nuestras faltas y pidiendo ayuda en nuestras necesidades y carencias.  Todo esto, no sólo con la prédica, sino con el ejemplo, en consecuencia estudiemos, trabajemos y oremos juntos, porque esta idea fuerza, no solo debe servir para ser sabido, sino para ser vivido intensamente.

            De manera constante, o sea en cada acto de nuestra vida diaria,  la oración como el arma más poderosa de cada cristiano, debe acompañar tanto al estudio como al trabajo, la tarea diaria debe ser orar antes de estudiar y orar antes de trabajar, para que el estudio como el trabajo sean bendecidos por Dios y nosotros alcancemos el éxito que esperamos de ellos.

IV.   LA PRÁCTICA COTIDIANA DE LOS VALORES:

            Se dice y se ve cómo en  la actualidad nuestra patria atraviesa una crisis generalizada de valores, esto quiere decir que chicos y grandes, menores y mayores no practicamos como es debido los valores y es más carecemos de modelos de valores y por lo tanto no hay a quien imitar, en consecuencia, aquí es necesario que todos nos pongamos a reflexionar y decidir qué debemos hacer para revertir esta sonada crisis que nos mantiene postrados y hasta alarmados. Muchos dicen que los valores no se predican, sino se transmiten, vale decir, que se enseña con el ejemplo y quienes deben dar el ejemplo, en primer orden somos los mayores o sea los  padres y los maestros.  Pero, ¿si estamos en crisis de valores nos hallamos en condiciones de ser modelos para nuestros hijos y alumnos?  Claro que no, aquí hay varias cosas por hacer: primero, una toma de conciencia de nuestra realidad colectiva y personal, luego tomar una decisión de cambio efectivo  e inmediato que debe plasmarse en la práctica cotidiana.  Consecuentemente tenemos que empezar diciendo y haciendo ¿Qué valores practico y qué valores no practico?  La tarea fundamental que nos toca es hacer el esfuerzo de poseer más valores y aquí debemos desplegar el esfuerzo de asumir inmediatamente el mayor número de valores posibles, que a su vez nos permitan superar nuestras carencias y deficiencias, de este modo seremos capaces de ir adornando poco a poco nuestra personalidad con muchos valores hasta convertirnos en verdaderos modelos para nuestros hijos y alumnos; que esta decisión y esta práctica no sólo sea flor de un día, sino algo permanente.

            No es fácil educar valores, hay que tener el valor de educar.

V.  SEMBREMOS LA CULTURA DE LA PERSEVERANCIA, TENACIDAD, RESILIENCIA,     CONSTANTANCIA, ETC.:
           
            Hoy asistimos a una vida donde el facilismo parece habernos seducido y nos mantiene oprimidos,  casi todo lo  queremos obtener fácilmente, procuramos esforzarnos lo menos posible, nos desanimamos muy rápido de algo que nos hemos propuesto hacer ante el primer obstáculo que se nos presenta, hemos perdido la fama de luchadores y emprendedores, no tenemos la capacidad de responder con altura y dignidad ante las adversidades y dificultades.  Como muchos afirman, en los colegios hemos creado y pertenecemos a la cultura del “once”, ahora nos caracterizamos por hacer esfuerzos mínimos como por ejemplo, sólo nos esforzamos para sacar la nota de once y así  pasar por agua tibia  como decían los abuelitos; y como verán, así no somos mejores ni en extensión ni en profundidad en todo orden de cosas.  Si de veras queremos cambiar, es momento ya de enseñar a las nuevas generaciones a superar todo esto, promoviendo un cambio personal inmediato, no podemos esperar para mañana, porque mañana simplemente no llega, es una mentira piadosa.  El defecto que muchas veces tenemos también es que, primero esperamos que otros cambien para hacerlo luego nosotros, así no funcionan las cosas, el cambio efectivo comienza por uno mismo y los demás cambian ya al vernos que hemos cambiado, así por efecto multiplicador hagamos que los demás cambien con nuestro certero cambio, seamos para ellos el ejemplo, procuremos convertirnos algo así como en el fuego que tiene dos virtudes: de dar luz y calor; seamos luz con nuestro ejemplo y seamos calor al ser fraternales con los demás.  También es preciso sembrar en los alumnos y en nuestros hijos el espíritu de trabajo, de resistencia a los rigores del trabajo, de ser perseverantes, consecuentes, tenaces, constantes y resilientes; que son los ingredientes indispensables del éxito, de la victoria, del triunfo y la superación.  Hagamos que nuestros alumnos se formen ideales superiores y tengan motivos por los que luchar, que sean visionarios y procuren volar alto como lo hace el águila y no como la gallina a poca distancia del suelo.


CONCLUSIÓN

            Ser maestro implica ser sacrificado,  abnegado y perseverante, inconforme con lo que ya sabe y conoce, el maestro debe ser aquel que ha decidido ser un eterno estudiante, porque su estudio no termina cuando obtiene el título, sino que es constante hasta el fin de su vida, debido a que  los conocimientos se renuevan, la ciencia avanza, la tecnología crece, la información se produce en grandes volúmenes diariamente, todo ello exige al maestro estudio e investigación permanente y por amor propio, si quiere estar al día con el avance científico y tecnológico debe estar en constante estudio.

            Para educar, hay que aprender a educarse uno mismo, cuando otros han terminado de educarnos.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1.    Antonio P. E. Educar Valores y el Valor de Educar. Parábolas. San Pablo distribución 2000.
2.    Eduardo B, Nelly G. M. Educación en Valores. Centro de Proyección Cristiana.
3.    José C. G. Relaciones Humanas, por qué, para qué. Ediciones “Aporte” Arequipa. 2000.
4.    Leo, B. Cómo amarnos los unos a los otros. Desafío de las Relaciones Humanas. Editorial Diana México 1986.





Huánuco, 16 de marzo de 2009.

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