El
16 de febrero de 2012, el Viceministro de Patrimonio Cultural e Industrias
Culturales Rafael Varón Gabai, y el pueblo; mediante RESOLUCIÓN VICEMINISTERIAL
Nº 007-2012-VMPCIC-MC, en Artículo
Único, RESUELVE: DECLARAR PATRIMONIO CULTURAL DE LA NACIÓN a la danza “Rukus” de Canchapampa, distrito de
Llata, provincia de Huamalíes, departamento de Huánuco, expresión local en la
que se unen el culto a las montañas, la presencia de los ancestros originales,
la correlación entre el mundo mítico y las autoridades políticas, las
relaciones de reciprocidad y la identidad local y distrital, todo ello dentro
de una representación lúdica que ha sobrevivido a los cambios, manteniendo sus
formas y significados particulares.
A
continuación, con el permiso de los canchapampinos que saben mucho de los rucus,
me permito, desde mi modesta percepción, hacer una breve descripción de
esta danza considerada Patrimonio Cultural de la Nación:
“Los
Rucus” o “Acha Rucu”
Es
una danza originaria del centro poblado de Canchapampa – Llata – Huamalíes, es
la expresión de la cultura viva de nuestros pueblos, su naturaleza es pastoril,
representa el pastoreo del ganado vacuno en las alturas de nuestra serranía. Se
considera una danza pre inca, se cree que su personaje principal antiguamente
era la “llama” (una escena refuerza
esta hipótesis con el “llamagarpuy”)
y a la llegada de los españoles es reemplazada por el “toro” notándose claramente la influencia hispánica.
La palabra
Acha Rucu
es un término compuesto por dos vocablos quechuas: acha que significa pelo o peluca
desordenada, despeinada y rucu, viejo,
anciano. Traducido al castellano: viejo
pelucón. (OLIVARES FIGUEROA, Gandhy y TABOADA BOLARTE, Melvin 1998: 49)
Al respecto
la palabra “acha” provendría del
aymara “Haccha” que significa “grande, o largo, o alto”, que Ludovico Bertonio (1557 – 1625) anota en
su Diccionario Aymara.
Los
veteranos de Canchapampa ejecutan la danza con gran entusiasmo y representan a
diversos personajes en variada coreografía:
·
Un “toro” que representa a una manada, como distintivo lleva la cabeza
cubierta por una pañoleta roja doblada
en forma de triángulo, un saco azul marino camisa blanca, pantalón azul marino (para las vísperas)
y blanco (para el día central), en el
pecho lleva puesta en forma de rombo otra pañoleta con motivos de colores
encendidos adornado con espejos en forma de estrellas, con las dos manos
sostiene en diferentes posiciones el remedo de un toro en miniatura, armado con
chacla de quinual, con cuernos y
forrado con piel de becerro. El toro al danzar se ubica adelante como
guiando a toda la cuadrilla.
·
El “repuntero” representa a un mozo fuerte, es el joven conductor del
ganado, en la cabeza lleva puesto un chullo,
encima del cual va sujetado con hilo un sombrero de paja de ala ancha,
viste una casaca de cuero, pantalón de montar de la época de los gendarmes y
polainas de cuero, en la espalda lleva atada una manta de colores con ligero
equipaje y en la mano lleva un zumbador (látigo
con tiras de cuero trenzado, con mango de madera y en la punta va amarrada un
poco de cabuya deshilachada, la misma que produce un sonido como el estallar de
un cohete cuando se arroja y jala dicho látigo), con el que ordena a los toros que arrea y pastorea; a la altura del pecho a manera de una
banda lleva puesto sujetada por una correa un bolso de cuero repujado, más
conocido como “capacho”, lo que tendría
el mismo uso del “huallqui”, es decir
para guardar la coca y el “iscu puru”
(un poronguito con cal).
·
Los “rucus” son los ancianos ganaderos, que a pesar de su avanzada edad
se muestran como andinos fuertes y resistentes, la frecuencia y agilidad de sus
saltos durante la danza así lo demuestran; se hallan distribuidos en dos caporales que encabezan a ambas columnas
y a los seguidores; llevan puesto en la cabeza una peluca que se conoce como
acha, hecha con colas de buey (van adheridas a
un gorro de lana o tela), adornada con cintas de múltiples colores.
Antiguamente llevaban una máscara que era la parte facial de un chivo, últimamente
han dejado de utilizar por razones que se desconocen. Visten saco azul marino,
en la espalda llevaban un mantel blanco con motivos finamente bordados con
hilos de colores de “filosel”, ahora ha sido reemplazado por una tela brillante con estampado y bordeado
con flequillos, camisa blanca, pantalón
azul marino (para las vísperas)y pantalón blanco (para el día central),
polainas bicolores y sobre éstas cerca a la rodilla van atados los cascabeles.
A la altura del tórax llevan un rollo de
soguilla, simulando el cabestro o lazo que utilizan para lacear y luego conducir al toro, llevan adherida una
comadreja disecada, más conocida como “huayhuash”.
En la mano izquierda llevan
una muñequita y en la derecha un garrote de lloque. (ROBLES GONZALES, Willelmo
1959)
El
danzar de los rucus se produce al son
de una alegre variedad de cachua que toca
el “cajero o pincullero” (músico que
con habilidad peculiar ejecuta dos instrumentos al mismo tiempo un instrumento
aerófono “pincullo” y otro de percusión “la caja”, utilizando ambas manos).
Cuando el compás de la música les permite pararse de tiempo en tiempo los
danzantes con las piernas lateralmente separadas se inclinan hacia adelante
como sacudiendo su cabellera y al levantarse lanzan un grito fuerte diciendo:
¡juyyyyyy! … algunas veces como expresión de fatiga y otras veces de marcado
entusiasmo.
Cabe
resaltar en esta danza algo especial, cuando llega el día central o
principal de la fiesta, a eso de las
cuatro de la mañana (4:00 horas), viniendo de Canchapampa hacen un alto en la
capilla del morro Jirpún, allí el pincullero ubicado en la parte alta y
visible ejecuta una melodía especial dando comienzo al “llamagarpuy” (arrear a las llamas) y los danzantes poco a poco descienden por los caminos y las
faldas del morro tratando de capturar al toro
que al bajar se embravece, se para,
regresa, se escapa, persigue, arrebata, astea y hace pasar apuros y aprietos al
repuntero que zumbador en mano trata de apaciguar, defenderse y arrear al
embravecido animal. Los rucus, tratan
de escapar de las astadas, caen, se auxilian mutuamente y persiguen al toro, todo el trayecto se les hace muy
penoso, pero llegando a “cachina patac” le dan la salada
(puñado de sal molida que el animal lame y relame con gusto) este acto de la
salada es simulado con el pago que dan los rucus
uno por uno al toro, éste último a
veces se hace el difícil en recibir el pago; el pago es con moneda de uno o dos
nuevos soles o en céntimos, en otras palabras con el sencillo que tenga cada rucu en ese momento, así logran
ablandar el corazón y luego doblegar al toro
con una certera lazada mientras se distrae; entonces, cada rucu
ata su soguilla a los cuernos del
toro y el animal sin escapatoria se
ubica al centro y con protección total es ingresado a la ciudad haciendo un
recorrido por las principales calles hasta la plaza principal, con zapateos en
rueda en las esquinas, lo que se conoce como el “ochuy”. Ya llegando al local del Municipio toda la cuadrilla es
recibida por el Alcalde Provincial y demás autoridades, mientras los rucus y el
repuntero simulan amarrar al toro en una estaca y le ofrecen en venta al
Alcalde, quien acepta el negocio, redactan el documento que se conoce como “Carta
y Venta” y en pago hace entrega de varias botellas de aguardiente a los
danzantes y a sus autoridades.
En
otro momento, en medio del danzar de los rucus,
el pincullero toca la carhuarina, entonces se produce una
lidia con incidentes cómicos, se ha embravecido
el toro y embiste a los viejos
que escapan, caen heridos, se auxilian, etc., pero el más perseguido con
intensión de matarlo es el repuntero, una vez que tumba a éste lo cornea
repetidas veces hasta dejarlo herido grave, los rucus van en su auxilio, lo
cargan y en ese instante el
pincullero toca una fuga, entonces, el toro
se separa a un lado en señal de triunfo y zapatea sólo, mientras los ancianos desesperados llevan cargado al herido a un
costado.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:
1. ROBLES
GONZALES, Willelmo (1959) Narraciones,
danzas y acertijos (del folklore huamaliano) Lima: Impr. El Cóndor.
2. OLIVARES
FIGUERA, Gandhy y TABOADA BOLARTE, Melvin (1998) Tatash, Auga, Acha Rucu y Tuy Tuy. Descripción y análisis musical de
cuatro danzas huamalianas (I
Convocatoria Nacional “José María arguedas”. Premio a los estudios sobre
música y danzas en el Perú). Lima. Biblioteca Nacional del Perú y Pontificia Universidad Católica del Perú.
3. GARGATE
ROSALES, Carmen Eulalia (1984) Tesis: El
folklore huamaliano y su importancia educativa. Universidad Hermilio
Valdizán de Huánuco.
4. LUDOVICO
BERTONIO…… (Completar datos exactos…)
INFORMANTE:
a.
SABRERA OCHOA, Toribio (Nacido
en Canchapampa el 27 de abril de 1946, de profesión Sastre, actual Presidente
de la Danza de los Rucus de Canchapampa
de los Residentes de Canchapampa en Huánuco).
Fileno Almanzor
Dávila Gabriel
Huánuco,
30 de abril de 2012.
Nació
el 7 de enero de 1956 en Llata-Huamalíes.
Estudios:
Inicial: Jardín
de Niños Nº 30 de Llata.
Primaria: Escuela
Pre.vocacional Nº 381 de Llata
Secundaria: Colegio
Nacional Mixto “Víctor E. Vivar” de Llata
Superior:
Instituto
Superior de Formación Magisterial “Marcos Durán Martel” de Huánuco
Universidad
Nacional de Educación “Enrique Guzmán y Valle” de Lima.
Post grado:
Maestría en Investigación y Docencia Superior en la
Universidad Nacional Hermilio Valdizán de Huánuco
Doctorado en
Ciencias de la Educación en la Universidad de Huánuco.
Actividades y
Reconocimientos:
Educador
Difusor del
Folklore y costumbres Huamalianas
Reconocido pincullero.
Premiado con Medalla del Arte y la Cultura por el
INC – Huánuco (Por única vez a cada premiado)
Primer Decano Regional del Colegio de Profesores del
Perú (CPPe 2008-2011) Región Huánuco Director de la Institución Educativa
Parroquial "San Luis Gonzaga" de Huánuco
Catedrático Universitario
Conferencista en temas de Educación.